martes, 7 de junio de 2016

Los republicanos de Cádiz y su actitud hacia los protestantes en 1869


Si la reacción de la autoridad eclesiástica gaditana hacia los protestantes durante el Sexenio Democrático español (1868-1874) fue coherente con el rechazo generalizado del Clero católico a la libertad de cultos, la de la autoridad municipal no siempre siguió la línea que se podía esperar, como parte integrante que era de la revolución.

Las corporaciones municipales de Cádiz se mostraron poco favorables a permitir las ventajas que se desprendían de la Constitución de 1869 para los no católicos, pudiéndose comprobar a veces que la proclamación de la libertad de cultos en la Constitución de 1869 obedecía más a una decisión política, necesaria, que a la existencia de un ambiente general de tolerancia religiosa. A pesar de que la Constitución garantizaba el derecho de todos a mostrar públicamente su fe, los protestantes siguieron teniendo algunas dificultades para poder hacerlo.
ARTÍCULO 21 DE LA CONSTITUCIÓN DE 1869
Esta actitud de rechazo hacia los evangélicos no solo se produjo en los progresistas y unionistas locales, que seguían los dictados políticos de un Gobierno, sino también, con otra intensidad, en los republicanos .
Como ejemplo, se puede traer aquí el relato de un acontecimiento ocurrido prácticamente al tiempo que se aprobaba la Constitución. El 5 de julio de 1869, recién aprobada dicha norma, el alcalde republicano de Cádiz, Rafael Guillén Estévez, recibió del gobernador eclesiástico una protesta por un enterramiento de un protestante, cuyo cadáver se había “mostrado públicamente” por el paseo de Extramuros. Según la Constitución recién aprobada, no debía haberse admitido la protesta, pues los protestantes ya no tenían necesidad de hacer los traslados de sus cadáveres de noche y a escondidas. Sin embargo, la respuesta del alcalde se mostró, a primera vista,   muy comprensiva con la Diócesis:

“Con pena he sabido este hecho, que le noticia el cura ecónomo de San José y para que no se repita este abuso, prevengo en el día de hoy al pedáneo de Extramuros prohíba el tránsito de cadáveres por el paseo, redoblando su vigilancia y la de mis delegados a quienes exigiré la responsabilidad si infringen las disposiciones que el Municipio tiene acordadas sobre el particular de que me ocupo”[1]. (La negrita es mía)

La conducción del cortejo fúnebre por el paseo de Extramuros, con toda probabilidad en dirección al cementerio inglés situado entre la Iglesia de San José y la Segunda Aguada, debía haberse considerado un hecho normal tras haberse decretado recientemente por la Constitución el derecho de cada cual a manifestar su religión públicamente. Pero esto no resultó ser así en la práctica.

IMAGEN ANTIGUA DEL PASEO DE EXTRAMUROS DE CÁDIZ
Resulta, aparentemente,  contradictoria la reacción del Ayuntamiento republicano, que iba a demostrar en otras ocasiones su intención de imponer en la ciudad un laicismo mucho más rotundo del que determinaba la Constitución. Conviene aclarar, con todo,  que el  Ayuntamiento de Guillén fue siempre muy tolerante a la hora de permitir manifestaciones religiosas católicas tradicionales, como la procesión del Corpus Christie o las de Semana Santa, aunque no participase en ellas. Y esto puede hacer pensar que, incluso entre los republicanos, o al menos entre los más templados, como lo era el alcalde  Rafael Guillén[2], había un rechazo, tal vez inconsciente,  hacia los protestantes.
Tal vez la clave está en la frase que he puesto en negrita. Nótese que la esta no se refiere a los cadáveres de los protestantes, sino a todos los cadáveres en general. De esta forma, parece muy probable que lo que el alcalde republicano Guillén hizo fue aprovechar la protesta del gobernador eclesiástico para prohibir que los desfiles funerarios pasasen por la calle principal que va hacia ambos cementerios, municipal y anglicano. De esta manera, lo que se había era restringir indirectamente el culto público en general, pues hacerlo directamente era ponerse explícitamente en contra de la norma constitucional.




[1] Archivo Histórico de la Diócesis de Cádiz, legajo 174, Oficio del alcalde al gobernador eclesiástico, 8 de julio de 1869.
[2] Guillén era católico. Al menos así se declaraba en julio de 1872 cuando, siendo concejal de un Ayuntamiento de mayoría radical y minoría republicana, se oponía a la celebración de un tedéum en la catedral de Cádiz, a raíz del atentado reciente contra el rey D. Amadeo, afirmando que todos los concejales eran católicos, aunque “el ente moral Ayuntamiento no debía profesar ninguna religión”. Archivo Municipal de Cádiz, Actas Capitulares, 23 de julio de 1872, núm. 8, punto 17.

MÁS INFORMACIÓN EN MI LIBRO:
relinks.me/B00HLM34HM

VÉASE TAMBIÉN MI ARTÍCULO:
http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:ETFSerieV-2012-24-6065/Documento.pdf


martes, 16 de febrero de 2016

Actividad portuaria en Cádiz sobre 1874

Resulta notable la cantidad de información histórica que se puede encontrar consultando las últimas páginas de los periódicos del siglo XIX. En ellas se solían insertar anuncios de ciertos productos comerciales, así como los horarios de salida de trenes y los relativos a los buques en tránsito. Hoy, guiado una vez más por mi curiosidad trato sobre una de estas cuestiones, que están por completo al margen de mis líneas de investigación histórica

Para ello, me he servido de las noticias insertas en las últimas páginas del periódico gaditano El Comercio en 1874, en Relación con el Movimiento de Buques en el Puerto de Cádiz.

Por entonces había dos tipos fundamentales de embarcaciones: Los buques de carga y los vapores. Los orimeros eran habitualmente fragatas o bergantines con propulsión a través de la acción del viento sobre el velamen. Los segundos obtenían su propulsión por medio de de máquinas de vapor.  Ambos aceptaban tanto carga como pasajeros.

FRAGATA





La Aduana de Cádiz



El día 1 de Enero de 1874, se anunciaban las Salidas del Puerto Gaditano de los Siguientes buque de carga para su salida los días inmediatos:

Para La Habana :

Fragata “F. Morales”, de la Empresa Morales Borrero y Cía., Comandada por el capitán don Francisco Álvarez. El consignatario se encontraba en la Calle Baluarte, número 12.

Fragata “María Antonia”, de Federico Rudolph (Conocido cónsul en Cádiz que coloboró para pacificar pacificar la Ciudad cuando la insurrección de "Las Barricadas"  en 1868), con el capitán Blas Alvarado, y consignatario en la calle Baluarte, número 14.

Fragata “Apolo”, de Miguel M. Pinillos e Hijos, mandada por el capitán Pérez Tévar, y consignatario en Alameda Número 24.

Bergantín-Goleta “Joaquina”, de Manuel Cadarso. No se hacía mención al capitán y se indicaba que el consignatario se encontraba en la calle Doblones, número 2.

BERGANTÍN GOLETA

Para Nueva York:

Fragata alemana “Gustav”. No constaban más datos que el lugar donde encontrar información: Calle Aduana, número 10-A, y que iba a salir a la mayor brevedad.

Fragata inglesa “Gipsy”, capitaneada por B. Caemor, que iba a salir de inmediato, pero todavía admitía un resto de carga. Para obtener información se daba la calle Nueva, número 2.

Para Montevideo :

Fragata italiana “Pisco”, mandada por el capitán G.B. Timorci, Que todavía tenia espacio para carga y pasajeros. Su consignatario se encontraba en la calle Gamonales, número 2.

Por lo que sé refiere a los Vapores, el número era mucho mayor, haciendo muchos de ellos servicios para distintos puertos españole:

Para Málaga, Almería, Alicante Valencia, Tarragona y Barcelona se anunciaba “El nuevo y magnífico vapor vapor español" de 1.000 Toneladas "Molin”," que iba a salir de Cádiz el viernes 2 de Enero a las 16:00 horas. Su  capitán era T. Zamdulbide, y su consignatario se encontraba en la calle de Murguía número 33

Para Vigo, Ferrol, Coruña,  Rivadeo y Santander saldria el 3 de enero  a las 16:00 horas el vapor español “Ebro”, capitaneado por don Domingo Nieto. Su consignatario estaba en la calle Cruz de la Madera, número 24.

Para Manila, la “línea española de Olano Larrinaga” y Cía, anunciaba salidas cada cuarenta días, desde Cádiz y Barcelona, ​​de los Vapores “Aurora” y “León”, ambos de 3500 Toneladas y 1.500 caballos de fuerza; También del “Irurae Bat.”, “Emiliano” y “Buenaventura”, los tres de 3000 toneladas y 1000 caballos.  
A las Islas Canarias iba un salir el vapor “África” capitaneado por Cici Carebonell, teniendo su consignatario en la calle Cruz de la Madera, número 24.

Por su parte, la “Sociedad General de Transportes Marítimos" (francesa) un vapor quincenalmente con destino a Río de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires.  


VAPOR


Para abreviar la elevada relación de vapores que tenían previsto salir en los primeros días de 1874 del puerto de Cádiz, citaré
  • El "Adriano" Salia el 4 de enero para Tarifa, Algeciras y Gibraltar (su denominación me lleva a preguntarme si tal vez se trata en algún aspecto de  un antepasado del  “Adriano II”, conocido popularmente como “El Vaporcito del Puerto”, en servicio de entre Cádiz y El Puerto de Santa María hasta Hace Muy poco).  
  • Hacia Amberes partía el "Sirius". 
  • El “Vinuesa” Málaga salia párrafo, Almería, Valencia, Barcelona, ​​San Feliu, Palma y Marsella.
  • El “Ville de Málaga iba a Málaga y Gibraltar; 
  • El vapor "Guzmán", Hacia el Recorrido Málaga, Almería, Alicante, Valencia, Barcelona, ​​Marsella.
Una impresión muy directa e inmediata que se extrae de esta relación de buques es la elevada actividad del puerto de Cádiz a la entrada del último cuarto del siglo XIX, A pesar de la decadencia constante en que se encontraba desde la perdida del monopolio comercial con América y la apertura al tráfico con dicho continente a todos los puertos españoles. 

La perdida de los territorios americanos había sido un episodio casi definitivo en el declive del puerto gaditano. Pero el puerto de Cádiz aún mantenía su vigor gracias, fundamentalmente, una cola todavía mantenía constantes relaciones marítimas con Cuba y Filipinas y, en menor Medida, Porque se conservaba, en parte, la tradicional salida de buques desde Cádiz hacia los puertos de América. 

Las líneas de cabotaje, por otra parte, sobre todo por la costa mediterránea, mantenían un alto nivel de pasajeros, que todavía preferían una viaje por mar a las dificultades de las diligencias arrastradas por animales de tiro.  

En estas breves líneas, no he tratado de profundizar en estas cuestiones, sino tan solo de presentar algunos datos que pueden resultar interesantes o curiosos, relacionados con la historia de la ciudad de Cádiz y su actividad marítima.


Capitanía DEL PUERTO DE CÁDIZ
(Sobre las dos Columnas. Las imágenes de San Servando y San Germán, que ordenó derribar Fermín Salvochea en 1873 y luego se colocaron en diversos lugares de Cádiz)